lunes, 2 de febrero de 2009

Nadal: “Dedico este triunfo a los parados de mi patria”


Estas fueron las palabras del numero uno del tenis mundial luego de consagrarse en el Abierto de Australia después de vencer al suizo Roger Federer, y lograr así el sexto major de su carrera.

A pesar de la alegría, el mallorquín no se olvidó de la dura situación que viven sus compatriotas a raíz de la crisis mundial: “Estoy feliz por el título, pero triste por los tres millones de parados en mi país”, comentó.

Es muy feo ver las enormes multitudes que se congregan en las oficinas de empleo y en Cáritas solicitando ayuda. ¡Qué injusto es este tardocapitalismo!”, exclamó el tenista al borde de las lágrimas.

Nadal también se refirió a la situación internacional: “El mundo es un lugar cada vez menos seguro. Los gobernantes invocan la racionalidad pero vivimos en el más completo absurdo. Impera la violencia y la desigualdad, ¿de que progreso de la humanidad me hablan?”, se preguntó un filosófico Rafa.

España es un país desarrollado, pero ante cualquier crisis de mierda, el paro sube astronómicamente. Y no sólo se perjudican los extranjeros, sino también los españoles. Vi muchos de ellos mendigando por las calles. Estamos peor que en Latinoamérica.”, remató el eximio tenista, visiblemente ofuscado.

Hablo mucho con los tenistas argentinos, son mis amigos. Todos ellos coinciden en ponderar los extraordinarios resultados del modelo de acumulación de matriz diversificada con inclusión social impulsado por el gobierno argentino. Tienen suerte los argentinos que vuelven desde España a su patria. Allí hay empleo, justicia social, y un pueblo esperanzado. Aunque muchos emigrados se sienten humillados porque se creyeron lo del primer mundo y vinieron a España pensando que esto era el paraíso. Ya veis que no, cabrones, ahora sois parados, y el gobierno español les paga para que os vayáis y no volváis  por tres años, y si es posible, nunca más.”

Finalmente el Rafa Nadal pidió sensatez a los gobiernos y responsabilidad a las corporaciones: “Que no sean los pueblos los que paguen algo que no generaron. Como decía Perón, la economía nunca ha sido libre: o la controla el estado en beneficio del Pueblo o lo hacen los grandes consorcios en perjuicio de éste”, y se retiró, con el trofeo en sus brazos y la sonrisa serena del ganador.