lunes, 29 de septiembre de 2008

Gestión macri: El Silenzio Stampa Mediático

Como no escapa ni a los menos avezados, los poquitos meses de gestión que lleva el ex-presidente de Boca en la CABA son la corporización de aquellas presunciones que muchos albergábamos con respecto a que haría la derecha en el poder. El recorte de gasto en áreas sociales y culturales, la paralización de las obras del subte, la caótica situación hospitalaria, el rechazo liso y llano de recomposición salarial a los docentes ( y a cualquiera que ose peticionarlo) y la decisión de contraer endeudamiento externo para el financiamiento de obras que debieran llevarse a cabo con fondos genuinos son sólo parte de la variopinta gama de decisiones que la gestión macrista les tiene reservadas a la ciudadanía más esclarecida de la nación.

Lo que sí escapa a mi magro entendimiento es cómo ante este cuadro de situación de gravedad (porque estas políticas afectan directamente la vida cotidiana de todos), no exista un alza cualitativa de voces que denuncien y confronten con la gestión macri (sí, en minúsculas), tanto desde el plano político como mediático: ¿ les comieron la lengua los ratones? ¿ sufren de afasia? ¿ la cosa no es para tanto?.

Más preocupante aún es que "las encuestas" avalen la imagen de macri con argumentos tales como: "estoy de acuerdo con macri porque mostró firmeza ante la protesta estudiantil y los docentes", y no habrá faltado el que diga: " a macri lo apoyo porque ¡ mirá lo que hizo en Boca!", o " tiene razón macri, para que gastar en hospitales si los que se atienden son los negros de la provincia".

Pero ahora que lo pienso, sesudos razonamientos como ésos no deberían sorprenderme de parte de la clientela electoral del fan de Queen y fallido clon de Freddie Mercury (éste, con mayúsculas); los votantes de macri no son libres, están atados al "clientelismo de la enajenación ideológica" (Hay que ayudarlos).

Resulta entonces que la gestión de macri es un desastre, pero ¿ dónde esta la oposición para salir a amplificar políticamente todo lo que está pasando? Kravetz, Cabandié: hola, ¿están ahí? Nadie contesta, esto me preocupa.

Ahora, el tema mediático: Hace semanas que me dedico a leer todos los diarios (hago el esfuerzo de leer Crítica, soy estoico o masoca, no sé) y no encontré una puta nota sobre todo esto que sucede en la CABA, y si hay alguna referencia a macri, es sobre alguna nimiedad como el bacheo o las sendas para taxis y colectivos. Entonces me pongo a pensar si se trata todo de una gran ilusión montada por el "Boletin Oficial/12" y la gente que trabaja en el gobierno de la ciudad. A lo mejor no se murió ningún pibe en Parque Roca por falta de asistencia, es todo verso, y macri es un modelo de gestión a imitar y adoptar por todos los argentinos en 2011.

PD: Creo que sí, es todo ilusión, porque los noticieros y los programas políticos tampoco dicen nada del desastre. Y si no está en los medios, no existe.


viernes, 26 de septiembre de 2008

Los Hijos de Fierro: una poética peronista


Un cruce entre literatura, cine e historia nacional. Relatos que hablan sobre sí mismos: lo nacional profundo contado por las voces de los derrotados, los desterrados, los hundidos, los nadie.

"Otra historia", la que se guardó en la silenciosa memoria de un pueblo, la que los poderes pretendieron segar a sangre y fuego, y que en la pluma de ilustrados hacedores de la república se vilipendió como "la inmundicia en la faz de la tierra": la barbarie. En el Martín Fierro, el bárbaro se hace audible, de su desgarrada voz sale su propia historia, sin intermediaciones, sin explicaciones del "letrado que mira desde la civilización". Una construcción literaria que va a responder al monólogo del Facundo, desde la soledad del desierto. Un sentir popular hecho versos, y en el eco de esos versos, en la memoria de esas palabras se proyecta una historia nacional: la de las clases populares argentinas.

De ahí que la metáfora del film de Solanas diga: los hijos de Fierro renacen en la clase trabajadora que vuelve a empujar en 1945. Fierro es Perón, y sus hijos son el pueblo peronista resistente, con objetivo tortuoso, difuso, sacrificado, irrenunciable: la liberación.

Una épica hecha de dolor, alegría, carnaval, fiesta popular, puesta del cuerpo, muerte, traición.
El peronismo es la emoción liberadora de un pueblo, es su vida cotidiana, su modo de ser en la historia política del país, con todas sus esperanzas y frustraciones, altruismos y renuncias, certezas y contradicciones.

La película de Solanas se abre con el exilio de Perón en 1955: el peronismo inicia la lucha franca desde la llanura contra la "partida" oligárquica y los "demócratas consultivos".

La escena final es la de la "vuelta" de Fierro-Perón: el triunfo demócratico de 1973 para retomar el rumbo interrumpido hacia una imprecisa pero claramente deseada revolución nacional. El final es abierto: el pueblo avanza junto con su líder hacia el destino que juntos y a cada paso, irán construyendo como destino, sin recetas "de libro", ni teoricismos importados del Palacio de Invierno.

Una poética de la epopeya en blanco y negro, de paisajes urbanos industriales, calles de tierra, riachuelos y vías, hace de Los Hijos de Fierro una obra esencial y bella, tanto artística como política. Y que ayuda a comprender aun más al peronismo no sólo como movimiento político, sino como cultura popular irreversible, no susceptible de ser matada.

El lloroso susurro del bandoneón acompaña la emoción de la imagen, refleja esos momentos de desamparo de un pueblo castigado sin tregua, pero al final, las masas avanzan festivas, bombo, bandera, grito y risa.

El pueblo que empuja, que quiere contar su historia, pero con su propia voz.

jueves, 25 de septiembre de 2008

Coparticipación 6.0


Acá están los apoyos, Cristina, no te olvides de nosotros

Así como al pasar nomás, de refilón y sin agitar la hojarasca, el ex-presidente Néstor Kirchner hizo  unas mínimas declaraciones para sugerir la necesidad de devolverle a la Provincia de Buenos Aires los seis puntos de coparticipación que le fueron sustraídos en los años de Armendáriz.

Éste no es un dato menor, que además de tener claras implicancias electoralistas, apunta a elevar el abastecimiento a los municipios, que son los que tienen el contacto directo con el terreno.

Kirchner sabe que después de dedicar gran parte de su mandato a la seducción de las clases medias ( que fueron beneficarias también de la recomposición salarial y la sindicalización promovida desde 2003, aunque no lo quieran reconocer así), los votos que ungieron a Cristina Fernández no provinieron de aquéllas, sino de las golpeadas y postergadas clases populares, y aquí las bonaerenses jugaron un papel estelar.

De ahí el repliegue sobre el PJ  durante el conflicto con los propietarios agrarios y después de la derrota legislativa por las retenciones. Repliegue que se hace sobre la verdadera base de sustentación política del Gobierno, y no en favor exclusivo de las "impresentables dirigencias pejotistas" como lo conciben con cierta "desilusión" algunos K no peronistas.

De efectuarse esta gradual entrega de puntos coparticipables, se estaría confirmando el dilema que significa para el peronismo kirchnerista construir armados políticos con otras fuerzas progresistas, con las cuales podrá tener mayores coincidencias ideológicas, pero de las cuales no puede esperar recolectar el decisivo apoyo popular necesario para consolidar y mantener el poder político estatal a partir del cual la política real y efectiva, se encuentra con el pueblo.

domingo, 21 de septiembre de 2008

La Cuadratura del Círculo: ¿ puede haber una opción progresista de mayorías no peronista?


La realidad que ellos sí estarían dispuestos a cambiar

Pregunta que desvela al progre urbano y al apostolado político que lo representa: Hermes Binner, Claudio Lozano, Eduardo Buzzi, Víctor De Gennaro, Rubén Giustiniani, Fabiana Ríos, el SI y demás yerbas.

Chacho Alvarez es quién con mayor autoridad podría contestar a esta pregunta.

Si me preguntan a mí, diría que no, pero no soy(ni me creo) el dueño de la verdad.

Los años y la experiencia me hacen decir que el único progresismo genuino y posible habita en el peronismo.

El progresismo antiperonista liberal es , por ahora, el de las intenciones y "el paper". Es un juego virtual que a las clases medias bienpensantes les gusta jugar. Pero para que ese juego se transforme en realidad hay que esforzarse, y ellos, los "progres virtuales", no quieren esforzarse, por lo tanto les interesa menos el pueblo que la conservación de cargos públicos no ejecutivos para la subsistencia personal. ¿ Esto es progresismo? Subyace aquí el profundo rasgo hipócrita del "progre legislativo" de reelección indefinida (Lozano, Raimundi, Macaluse) que se despreocupa de las responsabilidades políticas que emanan de la gestión, y puede pontificar tranquilo sobre el "País de las Maravillas" que vive planificando en su mundo de tinta y papel.

Se trataría de nóveles Alfredos Palacios de baja intensidad con brillantes labores parlamentarias y certeros diagnósticos de la "realidad política" en páginas dominicales y estudios de televisión, pero eternamente divorciados de las reales querencias populares, incómodos ante eventuales y proselitistas encuentros mano a mano con morochos en la villa o en la sociedad de fomento, ambientes de los culaes pugnan por rajar lo antes posible.

Esta natural aversión/incomprensión para con el pobrerío forma parte de la incapacidad que tienen estos sectores políticos para reconocer la incidencia histórica irreversible que tuvo el peronismo como gestor real y efectivo de la conciencia política de los oprimidos en la Argentina.
No asimilar esto implica negarse a valorar al peronismo ( y sus mitos) desde otras perspectivas que no sean las del rechazo liso y llano. Significa comprar y reproducir las impugnaciones creadas por el liberalismo político como válidas y aplicables, cuando en realidad las categorías nacional-populares discuten desde formas contra-culturales y ejes de disputa diferentes. Esa diferencia radica desde el inicio en la propia definición " de peronismo" que el republicanismo exige y que el peronismo se niega a dar,y que tanto dolor de cabeza da a sociologos y politólogos.

Cuando se quiten el casco virtual, deberían pensar en construir una fuerza política de mayorías que tuviera en su horizonte "la toma del poder" (¡epa!). Pero la moralina principista es tan seductora, que naufragan en progresivas atomizaciones y mono-bloques: prefieren cuidar la quintita y hacer el culto a la endogamia. Así vemos como Lozano y el SI se purifican rumbo a un testimonialismo sin retorno, siguiendo los pasos de Mario Cafiero.

La prueba de fuego es la gestión, asumir la responsabilidad política frente a las demandas sociales, y tomar decisiones. Pero para eso hay que embarrarse, " el problema a solucionar" se les viene encima y se fagocitan todo bello ideologismo. Se ponen nerviosos, y encima no hacen un abastecimiento superador a los sectores populares, entonces el peronismo vuelve y saca las papas del fuego, y "otra vez la pesadilla". Otra vez ese insoportable peronismo que " posterga los sueños irredentos del verdadero progresismo" que el progre virtual vuelve a declamar, pero que en el ejercicio del poder, no ejecuta realmente.

Aliancismo, Ibarrismo, Binnerismo:¿son superadores cualitativos de la oferta peronista?

El Sabbatellismo se sotiene porque por ahora porque reconoce al peronismo como herencia popular genuina, pero esto plantea de cara al futuro una definición con respecto a que " lugar para el peronismo" si se quiere abrir la base de poder: sino deberá conformarse con reelecciones moronenses.

Le busco una respuesta a la pregunta del título, pero me parece que es como buscarle la cuadratura al círculo.

¿ Son peronistas?


- ¿ El kirchnerismo es peronismo?
- Sí.
- ¿ Por qué?
-Porque le pegan tanto por derecha como por izquierda. Ahí, hay peronismo.



La preocupación ancestral que ocupa las horas de bienintencionados (y no tanto) amigos que manifiestan afición por la política (por sus lecturas e interpretaciones) gira en torno a una última certeza a develar, que cerraría la polémica, y pasaría la discusión a otro nivel: desmontar la "falacia" que dice que el kirchnerismo es progresista, o bien que hay opciones más genuinamente progresistas que el kirchnerismo. Precisamente esta preocupación es la que nace de una enaltecida idea de progresismo que ilustrados hombres y mujeres de clase media consideran como identidad ideologica que les es propia, y que el peronismo kirchnerista les ha sustraído y transfigurado malamente, "usando falsamente" el ideario progresista cultivado con fidelidad por "otros espacios más representativos". Así vemos como desde diversos sectores sociales y políticos se cuestiona cada medida gubernamental para ver si pasan el "test de progresismo", para notar que "nunca lo pasan", o sea "no es progresismo", es todo una gran estafa a desmontar por los cruzados de la blancura.
Toda esta cosmovisión del "asunto: Kirchnerismo" se asienta en una valoración de lo progresista(y de lo peronista) que los propios sectores culturales medios construyen y tallan a su medida como "verdad ideológica superior" a imponer a las masas. En la valoración que estos sectores medios hacel de lo progresista y lo peronista se encierra una definición del pueblo y lo popular que es extraña al pueblo realmente existente, que lo define desde una otredad manifiesta, una lejanía incólume y entonces opera una mirada distorsionada que deviene en incomprensión historica de lo popular por parte de las formaciones politico-partidarias de clase media(la idea de clientelismo es un ejemplo).
Esta cosmovisión colisiona fuertemente con la nacional-popular que inaugura el peronismo en 1943. A diferencia de los partidos socialistas y comunistas, el peronismo es la deficición política sobre el pueblo que éste se da a sí mismo y elige como identidad, y que no le es impuesta por los determinismos del ideologismo clasemediero. Aquí reside gran parte de la explicación de por qué el peronismo es atacado históricamente por derecha y por izquierda. Partidocracia institucional aglutinada contra el movimiento popular. 1945: Unión Democrática. 1955: Junta Consultiva. 1955-73: Proscripción. Y así sucesivamente.
Volvamos al kirchnerismo: el peronista desplaza el eje de la perspectiva y se pregunta: ¿ el kirchnerismo es peronista o no? La categoría de lo progresista deja de ser decisiva, porque no tiene que ver con lo popular, es tan sólo la elucubración de una cosmovision no popular.
El kirchnerismo entonces aparece como el peronismo realmente existente hoy, la formación política más fiel a su genética histórica. El dato de esta temeraria aseveración radica en que los gobiernos de Néstor y Cristina, tanto en sus aciertos como en sus errores, envilece por igual a derechas e izquierdas de todo cúneo. Derechos humanos, polémica en torno a la redistribución del ingreso, las amplificaciones devenidas luego del conflicto de retenciones, y cada medida que toma el gobierno kirchnerista producen objeciones a derecha e izquierda, y cuando eso sucede algo genuino peronismo hay.
Vuelven a emerger con inusitada enjundia viejos antagonismos que se creían perimidos: antiperonismo-peronismo, blancos-negros, educados-incultos, ciudadano-excluido, libres-clientes.
Antagonismos que se presentan en las esferas políticas, pero que ( y éste es el dato) también se expresan en gestualidades de la vida cotidiana, en la calle, en el almacén o en reuniones familiares (doy fe). Ahí, hay peronismo.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Me veo en tus ojos




"Lo de Evita era así, vea, yo le voy a contar una cosa. Una mañana entro al despacho de Evita ( Evita a mí no me quería, en general no quería a los intelectuales, a los que ella consideraba cráneos. Tenía razón en no darle confianza a los bochos, tenía razón, los intelectuales lo han demostrado) y me quedo en el pasillo... Había mujeres con hijos cargados, embarazadas con hijos en brazos, sucias, enfermas, en fin, todo ahí, treinta, cuarenta sentadas, y ella atendiéndolas una por una, una por una. Ella operaba así, fulana venía y planteaba su problema: marido borracho, quiere una máquina de coser para poder coser para fulano; entonces ella hacía el papelito y se lo daba a un tipo, éste salía y antes de que terminara ya tenía que venir el tipo, con la constatación de si era cierto o no era cierto; entonces Evita se despedía de la mujer y la besaba en la boca y le decía: pasado mañana va a tener solucionado, o fulano se va a ocupar de su asunto a ver si se puede arreglar. A veces, no se podía. Bueno, le digo lo de la despedida por esto: Evita besaba en la boca a todas estas mujeres, al despedirse; ella se levantaba y la mujer la besaba.  Y una vez había una mujer que tenía un absceso repugnante en el labio y estaba Castiñeira de Dios, el poeta, que fue chupamedias de Evita, en la punta de la mesa, y Castiñeira para evitarle a Evita eso se echó sobre el escritorio, se interpuso entre la mujer y Evita y dijo: "Señora, yo le quería decir...", para dar una oportunidad, para que Evita la salteara y Evita lo sacó a Castiñeira y la besó en la boca. Pero cuando terminó la audiencia lo llamó y le dijo: " Castiñeira, nunca más vuelva a hacer eso porque éste es el precio que yo pago"".


                                                Arturo Jauretche, Escritos Inéditos

sábado, 13 de septiembre de 2008

Reparaciones Mínimas

Mientras mi estado mental lo permita, continúo pensando infructuosamente. Una pasada militancia política ayudó a abandonar la comodidad de los papers y la prolijidad de bellas teorías que sólo elevan el autoestima de quiénes las declaman, para pasar al barro de la confusa, ingrata y dificultosa, inasible práctica política en barrios, presenciar rosqueos, terminar de despegar la concreta acción política de la moral. Ambas se llevan muy mal, comprobé, y lo que se termina requiriendo en el terreno es efectivamente la toma de una decisión ante una demanda por lo general urgente. Las meditadas planificaciones del paper pueden tornarse en lo opuesto a lo realmente deseado cuando se instrumentan. Me refiero a una magra experiencia de gestión municipal que tuve que llevar a cabo, en un área menor, pero que pone en contacto con lo real y con una responsabilidad que se asume. Uno decide, y detrás de esa decisión esta la responsabilidad.
No es facil gobernar. En cualquier nivel. Viene una mujer con seis hijos a la municipalidad y te dice que se le quemó la casa, si le pueden dar algo. Probablemente vino caminando desde Ingeniero Budge o Fiorito. Hay mucha gente que lo hace, pero no lo dice. Pero uno se da cuenta. Vos tenés que tomar una decisión, la mujer está ahí, esperando. No se va a ir hasta que le des una solución, porque probablemente no tenga a donde ir. Le tenés que dar algo, aunque sabés que en tu área no hay presupuesto, no tenés facultades. Finalmente, le conseguís unas chapas, algún colchón, una bolsa de comida. ¿Solución? No sé, pero es una respuesta concreta que estás obligado a dar. Lo que quiero decir es que esto es lo cotidiano de la política en contacto con el pueblo hoy. Se trata de reparaciones mínimas pero imprescindibles. Cuando una persona viene a la municipalidad a pedir una bolsa de comida, ¿ le vás a salir a explicar las perniciosas consecuencias del clientelismo en la política ( como en ese paper que escribiste hace unos años lejos de todo) o la necesidad de estructurar un plan universal de asistencia social? La realidad hace estallar en mil pedazos las largas horas de la coherencia ideológica y de los microclimas. Se deshacen los voluntarismos y el "debe ser de la política", la épica de las grandes transformaciones "para mañana". No olvido las épicas, porque sin mito no hay esperanza, pero el de hoy es un paciente tiempo de las reparaciones mínimas.

martes, 9 de septiembre de 2008

1973: ¿ Qué es esto?

Ciertos ortodoxos del peronismo, en exceso doctrinaristas, evalúan todavía a las corrientes revolucionarias del movimiento que propiciaron el camino político que termina en 1973 como elementos extraños al peronismo, en modo alguno pertenecientes a su identidad y su historia. Este es un relato sostenido sobre bases pantanosas, en tanto negador de precisamente aquel rasgo prístino del movimiento: constituirse en la identidad política que asumieron para sí los sectores populares al emerger a la vida institucional en 1943. Si ésa es la marca política que deja el peronismo en la historia de manera irreversible, el correlato no es entonces el extremo conservadurismo de aquellas posiciones tradicionales ( un imposible dogma peronista) que decidieron que los peronistas de izquierda eran falsos peronistas y, más tarde, enemigos a aniquilar.

Lo mismo cabría decir respecto del guerrillerismo que eligió a sus enemigos dentro del movimiento, en la cabeza de las burocracias sindicales. Pero con una diferencia: los establishments sindicales y partidarios nunca fueron considerados peronistas apócrifos. ¿ En qué momento el discurso de ciertas dirigencias peronistas se comenzó peligrosamente a parecer al de los sectores reaccionarios contra los cuales el peronismo nació para replantear las inconmovibles bases del republicanismo liberal vernáculo? Bueno sería que los variados peronismos post-dictatoriales puedan reflexionar más allá del anecdotario de personajes que poblaron el relato de los 70, y entonces lo hagan en terminos de qué proceso se quiso o no para esos tiempos complejos en rumbo a 1973.

Los 70 tuvieron, para mí, que no los viví, algo singular ( que no se trata del remanido folklore épico), algo intangible, irresuelto, tergiversado, oculto, brumoso. Algo. ¿ Qué fue lo que el pueblo votó mayoritariamente en marzo y setiembre de 1973? ¿ Solamente la vuelta del Estado bienestarista o un proyecto más abarcador en gradual pasaje hacia un cambio social ahora dentro de cauces institucionales en ejercicio de un poder democrático que se planteaba las metas reconditas de la liberación nacional?

Desde 1971 se asistió a una inaudita incorporación de capas medias juveniles, peronizadas, que se asumen ( por primera vez en la historia del movimiento) en comunión con los sectores populares, y agregan a las luchas históricas del peronismo un relato histórico para completar la confrontación con el liberalismo en un nivel cultural de fuertes simbolizaciones.
En ese proceso que se acentúa desde 1968, 69 hasta el 73 hay cierta excepcionalidad que no puede  desmerecerse, más allá de cruciales errores políticos, ideológicos y metodológicos de la vanguardia montonerista que la van llevando a alejarse del pueblo y no modificar los objetivos luego de la asunción de Cámpora, allanando el camino a la tragedia.
La épica no sirvió para alimentar la movilización de JP en una dirección político-democrática organizada de masas, con una interesante correlación de fuerzas favorable, ahora a gestionarse desde el poder reconquistado.

Todo esto está claro, pero ¿ alcanzan estos desaciertos y alucinaciones pensados por las conducciones en su torre de marfil para invalidar por completo lo que anidó en las experiencias de vastas corrientes peronistas a lo largo de un período que hasta 1973 recogía crecientes apoyos populares? El fotograma final de violencia y terrorismo en espiral enajenada no puede ser la única referencia a la hora de retratar la época, esa época tabú para la sociedad argentina, que oscila entre el olvido y los escarceos de la memoria involuntaria ( como Proust buscando el tiempo perdido) que vuelve. Por algo vuelve.

sábado, 6 de septiembre de 2008

Beatriz Sarlo da lecciones de civismo y política: "Jauretche y Cooke ya fueron"

En una graciosa entrevista-diálogo entre la gran Beatriz, Horacio Gónzalez y la revista autodenominada cultural Ñ de  Clarín, la ex titular de la cátedra de Literatura Argentina en la UBA dió su visión del conflicto de las retenciones que tuvo en vilo al país (al parecer durante esos meses aumentó el consumo de psicofármacos entre los argentinos). Como se imaginarán, Beatriz le bajó el precio al asunto, atribuyendo todo a  los "errores del Gobierno" y nada dijo sobre la índole del lock-out y su matriz desabastecedora. Pero no se quedó ahí, y se encargó de resaltar los anacronismos de quiénes desempolvaron a Jauretche y Cooke para traerlos desde el túnel del tiempo. También se pronunció sobre la pobreza argumental de los intelectuales nacionales que le dieron letra a la ficticia épica kirchnerista. Todo muy lindo, Beatriz, pero ¿ cuál es el relato que vos tenés para oponer? ¿ cuál es tu postura política alternativa a este desastre? ¿ cuáles de las opciones realmente existentes en el escenario político es la que te apetece para reemplazar a esta manga de populistas y chorros inveterados? ¿ A que echar mano, Beatriz, si Alfonsín y el Frepaso no son más que un amargo recuerdo? Porque de todas estas dudas que me asaltaron, ninguna fue referida por ti, Beatriz, en la entrevista.

Cobos: Tu nombre me sabe a mierda

Después de haber fundado la teoría del nopositivismo, el representante del Poder Ejecutivo en el Senado no deja de desarrollar conductas tendientes a seguir consolidando la degradación de la política y su lenguaje, como anodina producción del "consenso que necesitan los argentinos". Lo que en el conflicto agrario se insinuó como la aparición de la política como conflicto de intereses, terminó en las instituciones parlamentarias como política del consenso y de la tranquilidad que debía ser recobrada porque después del horror dictatorial, cualquier referencia a conflicto, lucha, desorden o enfrentamiento en las calles movilizadas ( "los argentinos no pueden estar divididos") inestabiliza, intranquiliza, crispa a los mercados, y a la gente que quiere estar en paz y que no la jodan. El fundamento ¿político? esputado por el nopositivista fue claro: "Había mucha gente angustiada por el conflicto (sic)". Argumento de fuerte solidez política. Porque la despolitización operada sobre la politica desde hace 32 años, que son los mismos de mi maltrecha existencia, es la forma de la política que la partidocracia institucional quiere para mantener la concordia entre ¿todos? los argentinos.

Peronismo de izquierda: reflexiones sobre 1973 y algunas de sus valoraciones actuales



El peronismo de izquierda es parte central de la historia peronista, si lo consideramos el espacio hacia el cual decanta el movimiento si es que se respeta y se entiende al movimiento como aquella forma política en la que se funda la conciencia popular del oprimido en la argentina.

Hablar de peronismo de izquierda no se trata de buscar o adaptar inflexiones marxistizadas que definan y sinteticen aspectos "superadores" de las contradicciones del movimiento. El fracaso de estas tendencias interpretativas, además de sus errores inmanentes, fueron confirmados históricamente. Menos aún se trataría ( y este es un debate actual -para mi ampliamente saldado- a partir de la irrupción del peronismo kirchnerista en la escena política ) de acercar a lo peronista las "virtudes" del progresismo liberal, y armar un refrito a denominar posperonismo.

Hablar de una izquierda en el peronismo implica remitirse al tiempo histórico desde donde se empieza a intuir la posible índole revolucionaria del movimiento nacional. En principio lo revolucionario se insinúa como un pathos, una noción intangible todavía no pensada como sistema de ideas, pero indudablemente presente como cuestión a ser debatida como parte de las ambivalencias y límites propios del movimiento.

Años:1951,1952. Los años bienestaristas comienzan a sufrir fisuras ante los nuevos requerimientos del modelo económico: el estado interventor en la relación capital-trabajo no puede seguir sosteniendo en absoluto equilibrio esa relación y a raíz de ello las alianzas políticas del peronismo se empiezan a rediscutir. Ante estos crujidos es que lo revolucionario aparece en el horizonte de lo realmente existente. La voz admonitoria: Evita. El peronismo será revolucionario o no será nada. Mi Mensaje es el texto que sintetiza la preocupación, y lo efectivamente a debatir de allí en adelante. En ese conciso texto que sí nace de la inspiración y el análisis evitista se anticipan los dilemas, posibilidades y claudicaciones del movimiento. El peronismo es, ante todo, la forma política que se da a sí mismo el oprimido, su marca de visibilidad en la Historia; todo lo demás se terminaría subordinando a esto, a pesar de la importancia fáctica de la diversidad movimientista. La incipiente idea de evitismo antagonizando solapadamente con la noción de Estado mediador-negociador encierra la génesis de lo transformador como "misión a cumplir" del peronismo ( y que ningún otro expresión política puede satisfacer en tanto es el peronismo quién nace "contra" lo político-institucional establecido). La muerte de Eva Duarte y el golpe de 1955 van interrumpir el avance de esa expectativa que anidaba en las bases populares. Pero en esa interrupción se repotencia la necesidad de retomar el camino transformador desde posiciones defensivas y clandestinas. Es en un contexto radicalmente opuesto al transitado durante diez años (se pasa del Poder al llano) desde donde el peronismo va plantearse, ahora sí con más fuerza, en que consistiría su sentido revolucionario, y cómo debiera desarrollarse. Las teorizaciones de Cooke entre 1956 y 1960, son el reflejo emergente de las inquietudes populares de la Resistencia contra la institucionalidad republicana-liberal en todas sus facetas. Pero también en esa etapa resistente se bosqueja un antagonismo al parecer irresoluble y que traería consecuencias dramáticas: conducciones sindicales cuyos intereses difieren fuertemente de los planteos de base.

Laborismo negociador o lucha política obrera de cambio social. Perón exiliado expone la necesidad de obrar en términos insurreccionales. Años:1956, 1957. Planes de lucha, toma de fabricas, sabotajes: el peronismo resistente de bases obrero-populares es la única oposición al poder liberal proscriptor en todas sus variantes. Se lucha por levantar la proscripción, por el retorno de Perón y la recuperación de las conquistas perdidas, pero no sólo por eso: el protagonismo de las bases en el proceso de resistencia produce un desplazamiento dentro del movimiento, y se enfatiza ahora con más ahínco sobre la índole transformadora, antiimperialista de éste.En la soledad del llano, el peronismo sólo cuenta con lo que le es intrínseco: las masas trabajadoras, el pueblo.  Una voz colectiva empieza a sonar débil, pero crecerá hasta el grito: liberación nacional. Nuevas generaciones se incorporan (los hijos de los olvidados del 45) al mundo peronista resistente, los jóvenes que crecieron viendo lo ahora perdido.
Fusilamientos de J.L. Suárez.  Se forma la Juventud Peronista.  Toma y huelga del frigorífico De la Torre. Plan Conintes. Felipe Vallese. Son los eslabones de la historia realmente dada en esos años, años de la política como conflicto donde los intereses populares pugnaban por resguardar un piso de dignidad en medio de la noche proscriptora.
Los dieciocho años de proscripción peronista por parte del sistema republicano, democrático y liberal es la confirmación de:
1) la peligrosa imprevisibilidad del movimiento popular que el sistema de dominio no está dispuesto a consentir en el juego democrático.
2) la hipocresía moral del discurso liberal que se atribuye para sí la esencia de lo democrático.

Años: 1961, 1962. A la creciente conflictividad de la lucha popular, se agrega la reflexión teórica de cuadros político-intelectuales nacionales que van a estructurar un relato alternativo de la historia política argentina; se conforma un bagaje de ideas que va a confrontar culturalmente con los relatos oficiales de liberalismo. Se va enhebrando una batalla "superestructural" que complementa lo que sucede en el terreno. Son éstos los eslabones de un proceso que aquí simplifico, pero que fue realmente complejo, contradictorio " confuso y desordenado" como todo lo que es genuina producción del pueblo y sus organizaciones; como no le gusta que sea a la institucionalidad liberal. Años: 1968, 1969. La CGT de los Argentinos se declara "en el camino de la liberación", heredera de Vallese y de las banderas históricas del movimiento obrero. Cordobazo. Los que narro son los episodios de un tránsito que atravesó neurálgicamente al peronismo, y que no pueden dejar de ser enmarcados como una historia de la izquierda del peronismo. Y quiero decir con esto que la izquierda peronista no nace como un invento en 1970 con la aparición de las organizaciones armadas. La izquierda peronista no nace en 1973 con el "fin de antagonizar" por un lugar frente al palco en Ezeiza. La izquierda peronista no puede quedar asociada a definiciones de ocasión (hechas desde el propio peronismo) : "infiltrados, falsos peronistas, marxistas apatridas", definiciones forjadas al calor setentista cuando los horrores estratégicos y las alucinaciones vanguardistas del montonerismo provocan un enfrentamiento irreversible. La izquierda en el peronismo es intrínseca a una larga historia de avances y mutaciones dentro del movimiento popular, late en él: es parte del peronismo, está aunque muchos no la puedan ver, como la Carta Robada de Poe. Es parte del peronismo tanto como lo son otros sectores del movimiento, las dirigencias sindicales y partidarias burocratizadas. Burocracia sindical que pese a todo fue la representación de los trabajadores organizados, una referencia para las bases. La incomprensión del rol sindical hizo que la dirigencia revolucionaria peronista desdeñara de él y lo eligiera fatalmente como el enemigo a vencer.
Estas largas parrafadas que refieren a una historia de izquierda en el movimiento que claramente enraízan en su matriz popular, las desarrollé para confrontar con una idea que circula: la Tendencia Revolucionaria como progresismo clasemediero fracasado, homologable al alfonsinismo y al frepasismo. Una simpática boutade para la polémica fernandoniembrista que conviene revisar a riesgo de que el silencio la torne cierta.

Puede que se trate de una afirmación parcialmente cierta, que no es lo mismo. En principio se están asimilando procesos políticos diferentes, básicamente por los diferentes contextos históricos: uno sucedido antes de la dictadura del 76, los otros luego de la dictadura, con el discurso alfonsinista antipolítico instalado como la nueva vedette de la democracia purista.

A los cumpas ortodoxos que adhieren a esta definición de la Tendencia = progresismo clasemediero, me permito comentarles:

1) La Tendencia se manifiesta dentro del peronismo.
2) La composición mayoritariamente media de la Tendencia sólo define en parte (¿en que parte?)la causa del fracaso.
3) El fracaso de 1973 no es el del "progresismo clasemediero"de la Tendencia, sino el de un proyecto nacional, popular y democrático de liberación nacional a conducir por su líder retornado; proyecto votado por el 50% del pueblo en marzo, y refrendado en octubre con el 62%.
4) Es cierto que con la aparición de las orgas guerrilleras el peronismo revolucionario entra en una progresiva fase de ceguera militarizada, desdeñando los anclajes populares; pero en la práctica esto no sucedió de modo homogéneo: mucha militancia de superficie (JP) se desarrolló territorialmente, alcanzando una peronización genuina, y siendo crítica del vanguardismo montonero. Bajo la denominación "Montoneros" había múltiples posturas.

Por lo tanto, se trató de un fracaso de todo el peronismo, y del epílogo de un trayecto de luchas iniciado en 1945 protagonizado por el movimiento popular nacional. Peronismo que por la vía democrática recuperada en 1973 intentó plasmar un proyecto en gradual y complejo camino hacia una emancipación como continuidad de lo interrumpido en 1955.
No se puede definir todo como una simple "intrusión clasemediera" en el peronismo. Esa etiqueta encierra quizás la intención de muchos compañeros de no hacerse cargo de que los de la Tendencia también fueron compañeros peronistas, aún con sus lamentables ideologismos y militarismos acentuados desde el 74 en adelante. No hacerse cargo. Apartar la mirada. Soslayar como si no hubiera pasado nada, cuando pasó todo. Renegar de una parte de la memoria histórica del peronismo, y del país. Como si todo hubiese sido (sólo) una guerrita de aparatos militares y el resto nada tuvo que ver. No hacerse cargo de los muertos del peronismo en dictadura. No reconocer, a la hora actual de la memoria y la crítica, que esos muertos eran los propios compañeros "aunque de izquierda". Dar vuelta la página, sin memoria histórica (memoria de lo realmente ocurrido en aquel tiempo), como quiso (y logró) la dictadura y acató el alfonsinismo gobernante: nacimiento de la post-politica. Teorías demonizantes y "equívocos históricos". Ahora, la historia política popular de treinta años (1943-1975) "es un equívoco histórico" para el fundacional relato democrático. Repensemos estos relatos. Relatos que las dirigencias peronistas renovadoras o no convalidaron sin chistar, para sepultar un pasado trágico que tuvo al peronismo como protagonista de una época a revisar críticamente, y que alberga claves de lo nacional que no pueden ser negadas y desdeñadas por el peronismo, si todavía se considera movimiento y conciencia popular(o queremos que vuelva a serlo).