martes, 9 de marzo de 2010

Para que quede claro el trazo grueso: lucha política y administración de gobierno dialogan entre sí, pero no son lo mismo, ni deben mezclarse en el marco de una estrategia política integral.

 La actual coyuntura política se debate entre la espada y la pared: es decir, no hay muchas opciones, y la discusión de fondo es si un conjunto de políticas gubernamentales positivas se sostiene el tiempo más allá y a pesar de las intenciones políticas de los actores en pugna. Hasta tanto la oposición no manifiesta la intención cabal de discutir políticas de fondo para (por lo menos) los cinco años que vienen, la estrechez de la discusión y el dramatismo inusitado por boludeces perdurará en el tiempo, más allá de TODOS los errores que se les puedan achacar a los K (objetivamente, menos de gestión que de manejo político).

 En este sentido, el peronismo sucio ha planteado límites más allá de los cuales no se negociará: no se va a cerrar con Macri y difícilmente lo haga con De Narváez porque el Colorado no ha dado (y está lejos de dar) la “prueba de amor” que se necesita para gobernar la provincia o el país. Como me dijo un amigo peronista (que no es precisamente fan de Néstor y Cristina) “no jodamos, el Colorado no es peronista”.

 El termómetro de esta estructura profunda es Hugo Curto:

 Estamos en estado de alerta y movilización”, disparó el jefe político de Tres de Febrero. “Tenemos que defender la democracia y al gobierno constitucional, es una irresponsabilidad lo que está haciendo la oposición, tratamos de acompañar las leyes para superar el problema de los DNU: ¡hubieran propuesto un proyecto de ley alternativo si no estaban de acuerdo!”.

 

y aclara, para no confundir su postura con la del talibanismo:

 Estamos sin movilizar todavía pero porque movilizar no es salir a la calle, es estar también alertas intercambiando palabras, llamados y escritos en los que de alguna manera fijamos posiciones.”

 Porque más allá de la popularidad o impopularidad de los Kirchner, hay tramas concretas de gestión que deben mantenerse, so pena de conflictividad social grosa, e insisto: no van a ser Cobos, Solanas, Juez o Prat Gay los que salgan a disciplinar y encauzar los quilombos que afloren.

 Meter un proyecto de ley para institucionalizar la asignación universal por hijo y obligar a sentarse a la oposición para su aprobación consensuada, tiene una efectividad política profunda; más vale gastar el tiempo en eso, y no en el debate virtual e inconducente del país real y el virtual, el golpismo o Clarín.

 Que sea Curto quien plantea los alambrados perimetrales que el peronismo no saltará por ir detrás de una posible candidatura ganadora (no mezclar lucha política con el andar de gestión) habla menos de las figuras políticas que de los hechos concretos que la oposición política deberá sí o sí debatir si alguno de sus exponentes quiere gobernar el país y no morir en el intento. Y habla, también, de lo que requiere el actual tiempo político:

 no queremos volver, porque el otro día en la conferencia de prensa de la oposición mirábamos una película del pasado de muchos tipos que fueron los verdaderos responsables del default, del blindaje, del megacanje, de todo lo que de alguna manera hoy el gobierno quiere pagar a los efectos de conseguir créditos blandos para el crecimiento de la industria y el comercio y vemos a estos poniendo palos en la rueda para el que el gobierno no pueda y no logre darle a los argentinos el bienestar que nos merecemos”

 hoy son tiempos en los que a la gente no le interesan las candidaturas, la gente quiere que resolvamos los problemas insatisfechos que tiene, el proceso de elección de candidatos va a ser a partir del 2011 en las internas abiertas, simultáneas y obligatorias, donde cada uno fijará su posición y si es candidato o no. Yo no juzgo a compañeros que se adelantan en los tiempo pero me extraña que compañeros que hace muy poquito que llegaron al gobierno municipal no vayan ni dos años de gobierno y ya aspiren a ser mucho más de lo que son antes de solucionar los problemas de la gente, yo creo que esto es la ambición desmedida de algunos dirigentes que hace que el país en vez de crecer vaya para atrás. Nosotros estamos dispuestos a que el país crezca, a que haya bienestar y por eso luchamos para que el argentino tenga la solución que se merece”.

 Fuentes doctrinarias acá, acáy acá