sábado, 18 de octubre de 2008

Los Actos del 17 de Octubre



Los actos del 17 de octubre que tuvieron mayor difusión mediática fueron el encabezado por Kirchner en Paraná, y el realizado en Caballito por el denominado peronismo disidente que tuvo como cabeza aglutinadora a Francisco De Narvaez. Hubo otros actos, en todo el país.
Pero me voy a circunscribir a los dos mencionados.

Desde hace varios años, el peronismo (como todas las fuerzas políticas) sufre una crisis que se verifica en la falta de cuadros políticos y de nuevos militantes que vuelvan a plantear en serio las ideas de movimiento y proyecto nacional. Crisis que puede encontrar sus orígenes en el paulatino acatamiento que las dirigencias peronistas hacen de las exigencias "normalizadoras" postuladas por la dictadura de 1976; el requisito crucial que el establishment pretendió como condición de posibilidad de una futura democracia "moderna": la domesticación del peronismo a tono con "las necesidades" del sistema de partidos.

Este proceso se vió facilitado por la muerte de Perón y por la desaparición -literal- de una masa militante obrero-popular-juvenil-intelectual que siempre pensó al peronismo (más allá de errores y contradicciones) como movimiento de avance popular, de permanente interpelación del sistema de partidos y cuestionamiento irrenunciable de los poderes oligárquico-conservadores que construyeron el relato oficial de lo que el país debía ser. Así lo pensaba también Perón.

La actualidad del peronismo no hace más que verificar en qué medida el daño causado por la dictadura se direccionaba no tanto a instaurar un "modelo neoliberal" (que se pudo haber instalado sin exterminar 30.000 personas), sino a darle el golpe de nocaut al movimiento popular tal y como fue concibiéndose a lo largo de tres décadas (1945-1975).

Sin embargo, en estos dos actos del 17 de octubre se verificaron diferencias y perfiles que vale la pena resaltar, para pensar qué es el peronismo hoy, y que queremos que sea.

El acto encabezado por De Narvaez me hizo pensar: ¿ ésa es la alternativa mejor que puede ofrecer el peronismo frente a la actual conducción kirchnerista? ¿Puede encontrar ahí la militancia y el pueblo peronista las respuestas y las identificaciones que al parecer el kirchnerismo peronista no satisface? A mí me produce mucha tristeza que parte de la dirigencia peronista (con la cuál no me identifico, pero que están en el peronismo) exhiba un discurso tan esquemático, tan rústico en términos conceptuales y analíticos, más bien producidos con una intencionalidad coyuntural que evapora la pregunta por qué peronismo se quiere.

De Narvaez dice "no son peronistas, son kirchneristas", y así repone una lógica excluyente, que históricamente sirvió para marcar los trágicos desencuentros dentro del peronismo. En esa línea se expresa también la senadora Hilda González cuando compara a Kirchner con Schoklender: Kirchner no sería peronista, pero además hace una comparación extra-política muy poco feliz, que devalúa cualquier debate o discusión política posible.

El acto de Caballito me hace pensar en un peronismo que no quiere pensarse, que no quiere hacerse replanteos políticos, históricos, organizativos. Un peronismo que apela como recurrente leit-motiv al "test de peronismo" para definir a propios y extraños, y que cuando no lo hace, se despacha con frases tales como: "El peronismo no puede estar enfrentado con la iglesia, las fuerzas armadas y el campo", fijando un orden de prioridades en los vínculos intrínsecos que el peronismo debería forjar, y que dejan entreveer estrechamente qué lugar se desea para el peronismo. Me acordé entonces del final del segundo mandato de Perón(1953-55), y de quiénes lo enfrentaban.

Permítanme dudar, pero creo que los intereses populares no cuadran demasiado en ese diagrama.

El acto de Paraná tuvo como orador al secretario general de la CGT, algo que durante mucho tiempo las dirigencias partidarias peronistas no aceptaban. Siempre es bueno que el sindicalismo tenga una presencia política que vaya excediendo el corset laborista (sin abandonarlo).

Escuché cuestiones más concretas vinculadas a la política actual, a qué modelo debe privilegiarse, al rol del Estado como interventor, a la idea de reparación social. Ideas más cercanas a dar definiciones políticas, ideas menos emparentadas con la liturgia doctrinarista pero más apegadas a la sustancialidad política de lo que podría llamarse bienestarismo, un primer peronismo.

Me refiero a cosmovisiones que en un punto están emparentadas con aquellos postulados, pero que desde ya no son lo mismo (ni lo serán). Muchos podrán decir que sólo se trata de palabras, pero todos sabemos que no es tan así. Muchos podrán decir que es insuficiente, pero es más de lo que los demás proponen.

Néstor y Cristina Kirchner saben lo que el peronismo es, el tiempo dirá en el día a día concreto de sus actos si están a la altura de las circunstancias. Por ahora, ofrecen el mejor peronismo posible.