Entre los efectos del 54%, aparece desde lo político-partidario (y desde las exigencias de una nueva hegemonía aún más obligada a desplegar el lenguaje del poder) la necesaria actualización de las alianzas y los armados del partido de gobierno, claramente dominado por el fortalecimiento del PJ en sus tres estamentos territoriales.
En la provincia de Buenos Aires, la elección arrojó resultados que obligan a pasar por el tamiz ciertas “verdades” del sistema de acumulación política kirchnerista, menos relacionados con la empatía ideológica que con las exigencias y responsabilidades de gestión nacionales, provinciales y municipales.
En la PBA, Cristina sacó 1,2% más que Scioli, verificando una tracción pareja de la boleta completa del FPV (también en las categorías legislativas) que se ahondó en las elecciones ejecutivas municipales. Como sucedió entre los intendentes peronistas más votados, Scioli absorbió todos los votos de las otras listas del FPV-PJ (Ishii) presentadas a la primaria y Cristina no necesitó tracción adicional de la colectora provincial para galvanizar sus números.
La elección confirma la terminación de la mecánica defensivista de gestión que desarrollaron los barones del conurbano ante un contexto de reflujo estatal que comenzó a fines de los ´80 y que concluye a mediados de la década kirchnerista, y que fue la respuesta política posible a una coyuntura de retracción presupuestaria. Hoy esa retracción, aunque atenuada, continúa, pero el Estado tiene más guita en las arcas y el derrame intraestatal reduce la inviabilidad económica estructural de muchos municipios, por lo menos mientras no haya un reflujo de divisas en la macroeconomía.
De los barones a los intendentes premium: la caída en desgracia de los capítulos estancos del manual del alumno sabbateliano se refleja en los votos: en la Primera, Sergio Massa fue el intendente más votado del conurbano con el 73% con un perfil de gestión muy expansivo que excede largamente el alumbrado, barrido y limpieza para entrar en terrenos más complejos como la inseguridad, la educación, la salud. El efecto Massa mostró su poder de fuego territorial más allá de Tigre: en San Fernando Andreotti (con boleta corta) desbancó al gallego Amieiro, y en San Martín Katopodis sacó a los Ivoskus para que el peronismo recupere un distrito clave de la sección. En Mercedes también se verificó la tracción massista: Selva revirtió el resultado desfavorable de las primarias y derrotó a Juani Ustarroz, conductor de la udai mercedina.
En Vicente Lopez la pobrísima gestión del Japonés García fue castigada y Jorge Macri se alzó con la intendencia., y en Malvinas Cariglino destruyó a Vivona en base a un corte de boleta fenomenal. El Vasco Othacehe, Curto y Toti Descalzo estuvieron en el rango de los 40-45 % (lo mismo que el sabbatellismo en Morón) lo que demuestra la progresiva amortización de los barones, pero también su extrema capacidad de eficacia gestiva para sostener territorio y poder dentro de márgenes aceptables: los que los hereden deberán ser mejores políticos que ellos, algo que parece difícil.
En la Tercera, Giustozzi clavó 71% y remixa encuadramiento cristinista con discurso propio para amplificar su base electoral: hace algo similar a lo de Massa, y las urnas lo avalan. Granados confirma que es el barón más moderno en términos de gestión y saca 66,6% en Ezeiza. Los Mussi confirman lo que se ve en las calles de Berazategui y el estilo cuerpo a cuerpo que tienen con los vecinos y las entidades: 67,5%. Con solo dos años de excelente gestión en Lomas de Zamora, Insaurralde se alzó con 66,1%, unificó al peronismo local y terminó con el fraccionamiento electoral que durante los últimos años había puesto al distrito al borde de la ingobernabilidad. En Quilmes, el Barba Gutiérrez repitió los números de la primaria (37%) pero el anibalismo no pudo polarizar la elección y Daniel Gurzi quedó a diez puntos. Díaz Pérez, sin oposición en Lanús, se impuso con un porcentaje bajo en comparación a los intendentes vecinos.
Lo cierto es que con este panorama ¿quién querría hablar de colectoras exógenas para el 2013?